La infraestructura más importante que tenemos es la mente, las mentes educadas. Pero, ¿que pasa cuando se considera una sociedad educada a cientos de alumnos sentados en un aula pero que no están aprendiendo? 

Nos enfrentamos a una crisis mundial de aprendizaje. ¿Porqué crisis de aprendizaje y no crisis educativa? Mas allá de los 250 millones de niños sin acceso a educación hoy en día, incluso más, 330 millones de niños están en la escuela pero no aprenden. Y si no hacemos nada, si nada cambia, para 2030 la mitad de los niños y jóvenes del mundo no irán a la escuela o no podrán aprender.

¿Cuán grande es la crisis de aprendizaje? ¿Cuál es en realidad el alcance del problema? Hoy se sabe: la mitad de los niños del mundo para 2030 no aprenderán. De ese modo descubrimos que necesitamos cambiar el enfoque mundial de la escolarización al aprendizaje, de solo contar cuántos cuerpos hay en las aulas a contar cuántos están aprendiendo. La pregunta del millón es, ¿podemos hacer algo al respecto? ¿Podemos hacer algo con esta gran crisis mundial tan desatendida? Primero que nada antes de invertir es hacer que el sistema educativo entregue resultados. Porque poner más dinero en sistemas rotos solo financiará más ineficiencias. Y lo que preocupa profundamente... si los niños van a la escuela y no aprenden, eso devalúa la educación y devalúa el gasto en educación, de forma que gobiernos y partidos políticos puedan decir: "Estamos gastando mucho dinero en educación, pero los niños no aprenden. No tienen las habilidades correctas. Quizá deberíamos gastar menos".

Antes que nada en muchos países, simplemente no tenemos suficientes maestros cualificados. Pero también en muchos casos, no solo es porque el maestro no tenga el conocimiento a impartir, si no porque los maestros hacen demasiadas cosas para las que no fueron capacitados o se supone que no deberían hacer.

Imaginen una sala de hospital con 20, 40, 70 pacientes y un médico que hace todo por sí mismo: sin enfermeros, sin ayudantes médicos, nadie más. Dirán que esto es absurdo e imposible, pero es la realidad cotidiana de los maestros en el mundo con aulas de 20, 40 o 70 estudiantes.

Ahora, ¿que pasaría si estos maestros tuvieran un auxiliar que les permitiera enfocarse a que los alumnos aprendan y no solo se presenten en la escuela? En algunos países esta practica es común y se presentan avances dentro de las estadísticas de la calidad de su educación. Sin embargo, otros países no están preparados para esto. Pero, ¿y si adaptamos los modelos educativos hacia la 4ta revolución industrial? Esta revolución nos habla sobre la automatización, y la mejora en los procesos adaptando el Internet a actividades cotidianas. Actualmente el internet, funge como un proveedor de información para las jóvenes, a pesar de ello no se explota en la manera en que debería para el apoyo a la educación. Este es un ejemplo viviente de que la tecnología, en este caso el internet, no es solo un complemento sino una pieza clave para el aprendizaje y puede acercar la escuela a los niños, si no podemos acercar los niños a la escuela.

En este caso, la posible solución a la crisis de aprendizaje, no solo es la inversión en los sistemas educativos, sino la exigencia en los resultados. Resultados que se verán mejorados, si la educación se apoya de las herramientas que ofrece la actualidad y las lleva  a las aulas. Se trata de enseñarles a los niños y jóvenes a aprender para que no dependan del conocimiento que les aporta su profesor, y así evitemos los pretexto al momento de ir al campo laboral de decir que eso no se les enseño en la escuela.