Para la impresión en 3D hay una amplia variedad de maneras de realizar una pieza impresa, métodos que van desde la extrusión de filamentos semilíquidos, el uso de resinas curables, la sinterización de polvos, e incluso ciertas combinaciones de estas tecnologías.
Sin embargo, las dos tecnologías más comunes, siendo esto debido a la longevidad de ambas, suelen ser la tecnología FDM y la tecnología SLA; por lo cual, es importante tener en mente cuales son las diferencias y los beneficios que proporcionan cada una.
Empecemos hablando un poco de ambas tecnologías, iniciando por FDM, el cual significa Fused Deposition Modeling, o también conocido como Fused Filament Fabrication (FFF), donde un filamento de termoplástico sale por un extrusor caliente y forma capa tras capa hasta crear el objeto 3D. El rango de precios puede variar desde los cientos de dólares, hasta subir a los cien mil dólares, ya con esto hablamos de máquinas de grado industrial.
En cambio, SLA es una tecnología que tiene el mismo fin que FDM, pero utiliza medios completamente distintos. Al igual que la tecnología anterior, SLA forma una pieza capa por capa, pero este utiliza fotopolímeros curables (en su mayoría son resinas líquidas) que se endurecen gracias a un haz de luz ultravioleta. De la misma manera, hay impresoras de este tipo que van desde lo económico hasta el grado industrial.
Aunque el proceso sea diferente, lo que marca una de sus más grandes diferencias es el material, pues los termoplásticos y las resinas se comportan de maneras muy distintas. Los filamentos en FDM son muy variados, y se encuentran en una gran variedad de colores (hablando de PLA, PETG o ABS) y variedad de propiedades (materiales de grado ingeniería, resistencia a químicos) que les dan la capacidad de ser materiales ideales para los prototipados rápidos, hasta la capacidad de ser usados en un piso de producción.
Caso contrario con las resinas, estas presentan propiedades más frágiles, y son mucho menos resistentes al impacto, pues no absorben la energía (sin contar que FDM tiene materiales específicos para esto, como el PC-ABS). Los colores se ven un poco más limitados y suelen ser exclusivos de la marca de la máquina, limitándolos. Sin embargo, ofrecen materiales especializados bastante únicos (resinas dentales, resistentes al calor o flexibles).
Ahora, si lo que buscas no se encuentra en las propiedades de tu pieza, pero sí en la calidad del acabado, es mucho más fácil trabajar con SLA. Esto se debe a que en FDM, la resolución de la capa se determina por muchos factores, como los movimientos del extrusor, la adhesión entre capas (usualmente menor que en SLA), la temperatura de la cámara de extrusión, y lo más importante, la altura de la capa con la que se imprime, que, aunque puede llegar a tamaños muy pequeños (hasta 0.15 mm), no se compara con la definición que puede conseguir un haz de luz (hasta 0.05 mm).
Para poder englobar todas las diferencias, también es congruente mencionar características que suelen ignorarse, los cuales son los post procesos. Ambas tecnologías requieren acabados para llegar a la pieza final, si hablamos de FDM, comúnmente solo requiere remover la pieza de la cama de impresión y retirar los soportes, en caso de que tenga, o incluso si cuenta con material de soporte soluble, solo es cuestión de dejar la pieza en una lavadora y regresar por ella ciertas horas después.
Con SLA, las piezas están cubiertas de resina sobrante que debe limpiarse en un baño de alcohol isopropílico. Esta es la razón por la que obtiene guantes de goma con la mayoría de las impresoras SLA, para proteger sus dedos de la resina y el alcohol. Dependiendo del modelo, también se pueden requerir soportes. Estos generalmente tienen que ser cortados cuidadosamente del modelo. Además, se necesita curar la pieza en luz UV para lograr la máxima resistencia después de la impresión.
Para los consumibles, las resinas suelen ser más caras, aunque si requieres materiales especializados en FDM, suelen costar lo mismo, sin embargo, los cabezales y las plataformas pueden resistir más tiempo, mientras que las resinas pueden desgastar más rápido las películas usadas en SLA (en especifico con la rama DLP) y los materiales no soportan mucho tiempo a la intemperie.
En pocas palabras: si la alta precisión y el acabado suave son tu prioridad, y el costo es de poca importancia para un trabajo de impresión, es recomendable una impresora SLA. Si las propiedades mecánicas y el costo juegan un papel importante, use una impresora FDM.
Cuando usar FDM:
Cuando usar SLA:
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